La cojí con Paul Lafargue por la mañana. En realidad, no sé porqué. Había pensado en Marx. De que Cabrera Infante se refirió a él como el yerno mulato de Marx. Me embullé. Mandé unos emails con enlaces a su ensayo El derecho a la pereza. Pasé unas horas en eso y me animé. Extinguí lo que arrastraba y veo algo de luz.
viernes, 23 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario